jueves, 8 de septiembre de 2011

Madly .

Mirá vos, la tipa cambiada, maquillada, peinada, perfumada... Y acá se queda. ¿Por qué? Nadie sabe. Un poco por mí, un poco por vos, un poco por todos. Por todo este caos sobretodo, que parece nunca terminar. Es un cataclismo sin fin, una sucesión de acontecimientos que nadie espera, que nadie quiere. Que sí, que no, como dice el piti: "Que por cuestión de piel, de sexo o religión tus zapatos, no me los pruebo". Y acá estamos entonces, y no somos más que posibilidades, buena conclusión. Debería repetírmelo, como debería repetirme tantas otras cosas mientras una persona me putea, la otra se enoja y la otra me dice que me haga tratar. Y sí, es que dicen que para olvidarte tengo que viajar a Marte, hacer 300 años de terapia, y decidir dejar que pase el mes de Abril, juntar todas las hojas del otoño... Lo de Marte no se me dió, la terapia fue en vano y el mes de Abril se me pasó, sin pena ni gloria junto con el otoño, por lo que deberé esperar nuevamente la oportunidad para ver si tomo una buena decisión, o al menos algo que me quite todo este dolor, y que de ser posible no sea solo por un ratito. Te recuerdo diciéndome que necesitaba que me empezaran a pasar cosas buenas, y sin embargo vos también me diste un gran golpe. Pero no importa, mamá dice que soy fuerte, yo en realidad creo que a esta altura del partido ya nada me puede dejar tirada. Aunque muchísimas veces lo pienso eh, y si no me deprimo es justamente por tener obligaciones... Linda vida. La salida de hoy era una gran oportunidad para pasarla bien, pero bueno, algo quiso que me quede acá, o tal vez fui yo quien decidió que así sea. Ahora no quiero ni dormir, ni ir a trabajar, ni viajar al pueblo de mala muerte ese, ni ver gente, ni nada. Era todo falso y traidor, como me dije tantas veces durante aquellos tiempos, tiempos de los cuales aún llevo marcas en la piel. Y vos a veces con todas esas palabras me generás las ganas más grandes del mundo de ir a buscarte, de pedirte de volver a la locura de hace ya un largo tiempo, de perdernos en un abrazo infinito y alguna que otra charla colgada. Me iría a escuchar Casi y a comer unas empanadas pero casi lo olvido... ya no estás para mí. ¿Qué hacemos entonces? Y bueno, mirar de afuera como tantas veces me tocó, en una de esas me pedís que juegue de titular y hasta con la cinta de capitana... ¿quién dice?


Paracetamol .

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