lunes, 31 de enero de 2011

Inflamable .

Chau receso, hola enquilombada pero todavía tranquila vida que me fascinás. Mi cuerpo temblaba mientras caminaba a tomar el ocho, pensar que hace menos de un año me habían hablado de ese colectivo y yo, como de costumbre, había respondido muy superada que me daba lo mismo porque jamás lo había utilizado. En cuestión de meses, pocos meses por cierto, se convirtió en una parte imprescindible de mi vida. Como decía, mi cuerpo temblaba, probablemente porque prefería fumar el puchito post-almuerzo en la cama de un hotel, en la playa, o al costado de la pileta, lugar mágico si los hay, y no a las apuradas mientras bajo los seis pisos y camino esa cuadra y media pensando en que una vez más, llego tarde. Como dice la canción de las pastillas, nunca en su vida llegó al laburo puntual... Así soy yo, ni siquiera fui a horario a la entrevista, pero asumo que eso no fue de gravedad porque de lo contrario no haría nueve meses que hago el diseño de esa revista. Y sí, mirame vos, no dabas ni dos pesos, había pensado en dar clases particulares cuando mi vida dio un giro casi tan repentino como inesperado: no solo era mi primer trabajo, también era un trabajo de diseñador gráfico.
Ayer a la noche me acosté, sin sueño porque venía con los horarios cambiados, con la  presión de saber que hoy debía madrugar, y con más presión aún porque la semana que viene tengo que inscribirme y no sé qué elegir. Soy tan indecisa que siempre pienso que me gustaría que algunas cosas sean predeterminadas, ojo, ninguna boluda, porque pienso que de ser así uno no es responsable y entonces puede protestar. Así con las amistades, parejas, lugares, estudios y demás cosas que uno puede elegir y que, como toda elección, conlleva cierta responsabilidad, en menor o mayor medida. Como decía antes de dispersarme entonces, me acosté con una mezcla de sentimientos, me fue imposible meditar, pero esbocé una gran sonrisa. Y no era una sonrisa de playa, de drogada o de colgada, era una sonrisa de placer, una sensación que no sentía desde hacía varios meses, eso que siento cada vez que logro equilibrar y darme cuenta lo que hago acá.
Es respirar profundo, es sentirse tranquilo y satisfecho aún sabiendo los errores que se han cometido, es esa sensación que me permite no juzgar ni ser juzgada, una calma interior que no puedo describir con palabras, y que recién pude sentir luego de veintiún años. Me sentí satisfecha por mis logros, no materiales ni intelectuales, sino por lazos afectivos, sobretodo en lo que a familia respecta, tuve un año complicado y esta última semana peor, sabía que iba a ser definitoria pero no pensé que iba a tirarse para ese lado.
Es saber que puedo ser una excelente persona, es saber que puedo considerarme realizada porque tengo seres que me quieren por lo que soy, aún con todos mis desaciertos, es saber que tengo mucho amor para dar si me lo saben pedir, si saben como tratarme. Es tratar de entender que necesito mucha paciencia, que quienes me rodean necesitan mucha paciencia, y que sin embargo yo soy lo más impaciente y caprichoso que he conocido. Es mirar al cielo y poder respirar, aunque siempre tengo presente el anhelo de que vengan por mí. Es sentir que hay cosas que puedo cambiarlas, que algunas ya las cambié y que hay otras que no cambiarán porque no es lo que me corresponde a mí ni tampoco lo que le corresponde a los demás. Es una fuerza verdadera, es la convicción de que me espera algo mucho más grande que todo esto, y es el triunfo de saber que en esos momentos logro despreocuparme de cosas insignificantes. Es respirar de verdad, no solo como un inconsciente acto para sobrevivir, es algo tan grande como único, y tan frágil entre tanta crueldad que es muy fácil que se esfume con realidades de todos los días.
Solo quiero recordar esa sensación, porque sé que en dos minutos todo se puede ir al carajo, y tengo la firme convicción de que ese es mi pasaje hacia ese gran viaje que tanto anhelo.

Necesito un rallador, gracias.

jueves, 27 de enero de 2011

Magia .

Hubo una vez cierta persona que me hizo dar cuenta de una característica clave en mí: desaparecer. Hasta ese momento entonces yo sabía que tenía una existencia bastante incierta pero ese día, esa frase, me hizo despertar y comprender entonces que todo eso tiene que ver también con lo que estoy haciendo acá. Sí, aunque no tengo muy en claro el motivo, sé que estoy acá por algo, lo cual cumpliré o desvirtuaré por completo en unos cinco meses y entonces deberé irme.
Desaparezco. Una y otra vez. Con amigos, con la familia, conmigo misma. Lo importante de ese cambio, de ese click que hizo mi cerebro aquel día, es que yo no dejé de desaparecer ni tampoco comencé a forzarlo. Sé que se da por una cuestión superior, algo mucho más grande que todo esto. Pero entonces ahora comienzo a tomarlo como algo natural, y si bien muchas veces me enojo o me fastidio, casi enfurezco, en fin, por extrañar a personas, momentos, por saber que cosas que eran ya no serán, es ahí cuando me detengo y digo "esta sos vos". Tengo un apodo que me pone a disposición de los demás, y es que siempre intenté hacer eso aunque haya quienes me consideren egocéntrica, egoísta y más cosas relacionadas con el ego, características que quizás debieran plantearse a ellos mismos, pero que no juzgaré porque no es eso lo que me compete. Decía, entonces, que si bien tengo un apodo que pretende ponerme a predisposición de los demás, también es ayudarlos el hecho de que yo desaparezca, aislarme de ellos es ayudarlos, separarme es ayudarlos, porque ellos también deben seguir con sus vidas sin mí.
Solo me gustaría que puedan recordar lo mejor de mí, que seguramente no son muchas cosas pero si voy a jactarme de hacer reír o enojar a un muerto, porque soy claramente insoportable, de tener una sonrisa que transforma y de hecho una actitud que a veces también puede lograrlo. Y no estoy siendo egocéntrica, en absoluto, es cuestión de intentar entender qué es lo que hago acá. Erro muchísimo, me enojo y no quiero ver a nada ni nadie, por suerte también suelo tener alrededor gente que comprende mis conductas, por más incomprensibles que sean.
Desaparezco entonces, como por arte de magia, pero porque mucho de lo que soy tiene que ver con hacer y luego dejar que los demás hagan, generar algo que luego los demás puedan resolver, porque eso soy yo. Dudas tengo miles, sino, no erraría, pero esta es una gran certeza, y es que funciono de esta manera. A modo de manual de instrucciones, como siempre digo, no intenten comprenderme pero sí intenten aceptarme, porque en el fondo eso es lo que vale, no? Soy sumamente frágil aunque demuestre lo contrario, y me duele muchísimo todo lo que está pasando ahora, es ver de lejos, es casi no existir. Pero así me toca estar por el momento, así tiene que ser mi existencia por ahora: mirando de afuera.

Cambio, juez, ya no doy más.

Salvavidas .

Por favor, vengan por mí. Me quiero ir.

lunes, 24 de enero de 2011

Crack .

Oh, sí, demasiadas interpretaciones. Bueno, básicamente eso, nada. Pero no quiero que crea que me olvido de usted estimado, es que de lo contrario nada sería igual. Se viene el libro, alguna vez propuse que si tenía mi pequeña me inspiraría, pero vengo esquivando bastante la cuestión. Ya se sabe, conflictos que me aquejan desde siempre y que quizás recién ahora están saliendo... Ataques de pánico antes jamás manifestados, la locura a punto de estallar y bueno, la vida misma.

Brindemos muchachos, todavía hay pasto verde !

miércoles, 12 de enero de 2011

Faraón .

Sin duda, un gran mantram. Buenas noches mi querido lector, nos volvemos a encontrar, me hallo menos desaparecida hoy. Quiero hablar acerca del cataclismo que viene, y que ya se está manifestando. Siempre he hablado acerca de los científicos destructivos, el mal uso de la ciencia y por ende el mal llamado progreso. Estamos en un callejón sin salida, definitivamente, puede llamarlo Apocalípsis o como más le guste a usted. Lo importante aquí es que, una vez más, parece a nadie importarle la situación que se está viviendo. Yo no quiero despertar miedo, pero sí reflexión, como siempre digo. Note usted cómo son las cosas, gente que uno ni se imaginaba ahora muere, personalidades conocidas, gente joven, pequeñas criaturas... En fin, tanta ciencia, tanta tecnología, tantos avances... Y la gente muere porque  hay una gran tormenta, cae un rayo y los desintegra. Y esto no son más que pequeñas consecuencias que están a la vista de todos.
Uno de los asuntos que más me preocupa es el hecho de que nadie haga referencia al estado del eje de la tierra. Sabrá usted, que la Tierra, como planeta, por su composición necesita de un eje sobre el cual girar. Resulta ser que en el vaivén de la vida, tantos inventos, experimentos y demás destrucciones que se le fueron implementando, este eje ya se ha zafado del lugar donde debería hallarse, por lo cual, ya nada es como antes. Con cada movimiento no esperado, esta situación se ve agravada, entiéndase, terremotos, maremotos, sismos, tsunamis y demás catástrofes que nos aquejan a diario. Esto es todo causa-efecto, y como los señores científicos siguen jugando con nuestro planeta, ya no hay vuelta atrás. Las jerarquías saben que ya no hay más que hacer con esta pobre Humanidad, siempre embelesada en cuestiones que no suman sino a los Egos, y es por esto que el eje del planeta seguirá corriendose hasta zafarse por completo y ahí vendrá el hundimiento. Como siempre he dicho, nada se va a dar de un día para el otro, porque hemos generado tanto sufrimiento que sería poco justo y de poco aprendizaje que el castigo sea dinámico. Ya estamos sufriendo las consecuencias, pero no somos capaces de verlas. Extrañas especies, extrañas enfermedades que desconciertan a los médicos... Todo esto no son más que patrañas, no es otra cosa que la radiactividad a la que hemos expuesto la Tierra con tantos ensayos atómicos y demás experimentos que realizan los científicos. La contaminación, la ignorancia, y vaya uno a saber la cantidad de criaturas monstruosas que vivirán bajo el mar alimentados con esa energía nuclear que todos utilizan como si fuera un recurso sumamente normal y de bajo nivel destructivo. Cuando esas bestias dejen de hallar sus necesidades bajo el mar, saldrán a la tierra, y esto ya está pasando. Entonces bien, para no extenderme en explicar desde mí punto de vista lo que está pasando en este mundo, invito a la reflexión, al auto conocimiento de cada uno, porque hoy mientras miraba el cielo descubrí que estamos en un callejón sin salida desde nuestra humana visión, pero que la ayuda nos va a ser enviada desde el cielo, es por eso que las criaturas de otros planetas nos observan, ellos necesitan saber quiénes estarán preparados para afrontar la nueva vida, y quienes no.
Vamos Alter nuevamente entonces, vamos por la desintegración de los defectos para la pronta aniquilación del Ego que tanta falta nos hace.

Máximo quince productos.

martes, 11 de enero de 2011

Ideas claras .

Qué fácil es confundirse, y no me refiero a una equivocación. Es que muchas veces son utilizadas como sinónimos y sin embargo para mí representan cosas tan diferentes... Para mí la confusión es algo mucho más complejo que la equivocación, aunque si me detengo a analizar las situaciones puedo descubrir que las dos se presentan a diario. Entonces bien, lo que quiero considerar es que me parece factible hacer referencia al término equivocación cuando es algo ya sucedido, me equivoqué. Podría citar millones de ejemplos empleando la frase destacada; con ropa, nombres, direcciones, números, letras, acontecimientos en general. "Me equivoqué y puse 3645 en lugar de 3465", "Me equivoqué y tomé el colectivo que va por aeroparque". Como ya dije, meros ejemplos cotidianos. También podría decir que hay muchos tipos de equivocaciones, algunos más simples, otros que cuesta más corregirlos, pero lo peor debe ser equivocarse con una persona, dado que esto en la mayoría de los casos -por no decir en todos- conduce a una desilusión inmediata, sobretodo por lo que uno espera del otro, por esa falsa idea que contenía en su intelecto. Restará luego ver el lado positivo, los posibles aprendizajes y el por qué de las cosas, pero no es en esto en lo que quiero detenerme. Para seguir con nuestro asunto, me remito ahora entonces a dar mi definición o concepto sobre la confusión, que a todos nos aqueja. Desde mi punto de vista, la confusión es algo que nos atormenta en presente, considerando los juicios sintéticos que utiliza la sociedad, entiéndase tiempo y espacio. Confundirse es un proceso, confundirse es también un estado, es un "estoy confundido". Y como todo proceso, conlleva su duración, su aceptación por parte de quien lo posee, y luego recién de asumido esto el intento por salir de eso, dado que no conozco persona a la que le guste estar confundida, si es el caso de usted mi lector, favor de hacérmelo saber. A lo que me estoy refiriendo entonces, es a que me parece poco coherente implementar el término en situaciones como las que mencioné para la palabra equivocación. No creo que se trate de confusión si digo que tomé mal un colectivo, comprendí mal un número o escribí mal una dirección. Es un error, una equivocación. Claro está que yo no soy más que un pequeño ser dentro de un enorme mundo que no fue elegido por decisión propia, y que mis opiniones lejos están de poder cambiar las situaciones que ya han sido incorporadas como correctas o viables en el común de la sociedad, pero sí me parece que está bueno reflexionar acerca de esto. Una confusión no es un mal entendido, una confusión puede mantenerte en vilo por días enteros, una confusión puede llevarte a una gran equivocación. Como dije anteriormente, es un estado, un estado que muchas veces estamos atravesando y no somos capaces de darnos cuenta, un estado que muchas veces negamos, y un estado que, a mí parecer, rara vez buscamos.
Una confusión puede ser ocasionada por múltiples factores, entre los que cabe mencionar una ilusión, un mal entendido -como factor desencadenante, nunca como sinónimo-, o una simple mala jugada de nuestro intelecto, si es usted de mi misma corriente debe estar pensando ahora "más que del intelecto, del Ego diría yo". Es que el Ego es la causa de todos nuestros problemas, pero no Ego de cuando se dice de una persona que es egocéntrica, sino Ego, de que todos los seres humanos poseemos uno que es quien no permite que el alma se manifieste como tal. Pero, como siempre digo, no quiero influenciar a usted mi fiel lector con teorías que pueda no compartir.
En fin, no lo distraigo más y le permito volver a sus quehaceres diarios, considerando quizás la vaga idea de que algo de lo que plasmé en este texto pueda servirle para una reflexión.

Hoy salió el arcoiris en la Ciudad.

martes, 4 de enero de 2011

Saltalo.

Antes que nada, feliz año nuevo mi querido lector, no habíamos tenido oportunidad de saludarnos anteriormente. Y cambia la década nomás, y uno apurado en esas cuestiones poco importantes pero muy urgentes de todos los días no repara en esos detalles. Permítame entonces confesar que de no haber sido por mi habitual estado de distracción hubiera planeado alguna especie de conspiración o al menos alguna teoría de esas básicas y poco compartidas que se me ocurren a mí. Resulta ser entonces que es el tercer cambio de década que vivo, y tan solo tengo veintiún años, sí, mirala vos, veintiuno y todavía ni una idea coherente, todavía con las mismas torpezas y bajezas de las que esperaba salir, o al menos progresar.
Comienzo el año con optimismo y buena música entonces, sé que es mi último año de vida y sin embargo no pienso lucrar con eso ni pretender dar lástima, en definitiva morir no es más que cambiar de vehículo, y sabrá usted estimado lector que ante tanta crisis no es moco de pavo poder realizar semejante cambio. En fin, utilizaré estos seis meses -poco más, poco menos-  para profundizar algunas de mis teorías y el conocimiento de la verdad lo mejor posible. La despedida, la bienvenida al año nuevo, como aquello que dije sobre los principios y finales en mi primer post en este blog, imagínese que uno no puede hablar de partir porque siempre está volviendo. Bienvenido dos mil once entonces, sos impar, me caés bien e intentaré no juzgarte. Bienvenido también mi nuevo curso, interpretación de los sueños en este caso. Bienvenidas mis primeras vacaciones de un trabajo, bienvenidos primeros quince días que valoraré más que a los tres meses que solía tener. Bienvenidas las diferencias, los enojos, las alegrías, las risas, y todo aquello que nos haga feliz, pero también permítame darle la bienvenida a los tropiezos, los fracasos, las decepciones, lágrimas y dolores, porque ustedes bien saben que no crecemos si no es con ellos. Bienvenido cualquier cambio, bueno o malo, que traerá aparejado siempre alguna clase de aprendizaje. Bienvenidos a mi mundo los que se suman ahora, buen viaje a los que deciden cambiar el rumbo, y espero no defraudar a quienes están en esta aventura conmigo. Bienvenidos, en fin, al final de mi viaje.