Es mi sincero deseo, la parte de la felicidad sobretodo. Noche buena mala onda y Navidad otro tanto, no sé qué me pasa que cada día encajo menos en esa familia... O sí, tal vez sea que como vivo repitiéndome me siento más de acá que de allá, con todo este nuevo círculo que me encanta y a la vez me da un poco de temor. El momento más feliz de la noche fue cuando me llegó el mensaje de Mauricio, ah no no no, yo pensé que me moría en ese instante, le había mandado pensando que nunca obtendría respuesta pero no, ahí estuvo el saludo del genio. Nunca escribo en las mañanas, pero ayer no podía loguearme y me tenía un poco preocupada el temita de la contraseña. Es temprano, desayunaremos y nos prepararemos para ir a trabajar. Hoy a las 18 tenemos la reunión, verdad? Gente importante, creo que ya sé de qué vamos a hablar: pro-yec-tos. Eso quise decir. Y de paso me tomo un frapuccino de dulce de leche, ajskasldjagh, qué rico. Uff, qué sueño cada tanto, complicado esto eh. Y a vos, nada, de nuevo feliz cumpleaños y que seas feliz de verdad, nada de rencores ni malos pensamientos, las miradas despectivas yo las transformo en esto: energía positiva. Un mundo de colores fluorescentes, sin preocupaciones en la mente. Si te quiero? Más de lo necesario, diría. Hasta luego, no sirvo para actualizar a esta hora, le cuesta comunicarse a la neurona de la expresividad.
¿Rivadavia y Perú/Florida? Sí, en realidad es Florida igual... Puntuales.
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