martes, 20 de noviembre de 2012

Sense .

Tal vez, quizá, pero la verdad... Quién pudiera volver el tiempo atrás. Desde el otro día quedó resonando ese tema en mí, debe ser que en el fondo todos sabemos que debemos disculpas a mucha gente. Pero mientras seguimos en esto de mirar hacia adelante, no sé, todo parece tan incierto como confuso. Según mi terapeuta no estoy tomando buenas decisiones, pero claro, venga usted un segundito a meterse en este cuerpo y esta cabeza. Donde conocer a alguien nuevo parece la mejor opción y luego el profesional nos dice que no es conveniente porque en definitiva lo que nos une no es más que la desgracia de existir. Venga usted, a lidiar con esta mañía de proyectar constantemente y por eso también darme la cabeza contra la pared. Vengan, todos, a perder seres queridos, a no estar conformes con su cuerpo, a tener pensamientos tan extremos que te quitan el sueño y entonces necesitas pastillas. Vengan todos un segundo a ponerse en mi lugar, vayamos todos un segundo a ponernos en el lugar del otro y vamos a ver cómo cambian las cosas. Hay días en los que me juro que te olvidé, y tantos otros en los que te llamaría como hice hace ya mucho tiempo. Hay días en los que sonrío por la calle pensando que voy a encontrar al amor de mi vida, y hay muchos otros en los que me encierro a llorar pensando que nunca voy a ser madre. Por favor, tomen lista y recuérdenme contarle esto a Lucía así me cambia un poquito la medicación. Otros dicen que no la necesito. Y la verdad es que coincido con eso, la medicación por ahora solo está reemplazando todo aquello que en su momento me generó estabilidad, todo lo que hizo tan bien. Un par de pastilas reemplazan un abrazo calentito para dormir tranquilos, un par de pastillas reemplazan la paradójicamente ireemplazable compañía del ser. Pero a veces es necesario algo así para poder bajar, a veces las cosas no se pueden aceptar tan fácilmente. Los quiero mucho a todos, saben que no tengo que rencor, y muero por un abrazo justo ahora.


Al final, quedé peor que el mantel por el cual lloro .

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