miércoles, 10 de agosto de 2011

Peace .

Será que extraño tus gritos, tu locura es mi motor,
será que extraño esos besos que siempre dicen que no.


No sé. Hoy es esa la frase que mejor me define, o que mejor define cómo me siento. Los últimos martes no parecieron martes, hasta me atrevería a decir que desde aquel último quiebre empezaron a suceder algunas cosas buenas, pero no quiero quemarlo, a ver si todo vuelve a ser como antes. El nuevo trabajo por ahora me gusta, la facultad no tanto, es como que todo me da mucha, mucha fiaca. Quisiera acostarme un buen rato en el pasto a mirar el cielo, si hay nubes mirar las nubes, y si no tan solo mirar y pensar una y otra vez qué habrá más allá. El fin de semana vino con una salida muy linda, esto de ir a tomar algo no suele ser mi elección, al menos no en el pueblo de mala muerte, pero deberé decir que fue muy lindo. Después volvimos a esas discusiones sin sentido y los silencios que siempre detesté, pero qué se yo, no puede cambiar todo de un día para el otro supongo. Eso es, me falta paciencia. Hoy una mujer dijo que para poder estar bien con alguien se necesita primero estar bien uno, limpiar y ordenar todo acá adentro, para después ir en busca de lo que está afuera. Y sí, yo lo sé, pero me cuesta muchísimo y me atrevo a decir que me cuesta mucho más ordenar este caos si no estoy acompañada. Volvemos al temita de la paciencia entonces, tanto desorden tampoco se va a ordenar de un día para el otro. También hoy recibí un halago de alguien que dijo que le gustaba mi forma de trabajar, sobretodo por la velocidad con la que suelo moverme, ese tipo de cosas son las que me hacen sentir bien y mirar hacia adelante. He aquí otro problema, ¿no? qué dificil se me hace no usar el espejo retrovisor, o al menos usarlo de forma prudente y no en exceso. Vivo mirando para atrás, vivo pensando en volver, lo que siempre mencioné como restaurar sistema a un estado anterior. Si pudiera, volvería al dos mil nueve, ahí puedo decir que era bastante feliz. Pero la vida avanza, no se puede volver atrás y tampoco sería fructífero quedarse atascado en algo que no avanza junto con la vida. Una vez más no hay tiempo, pero igualmente siento que tengo todo el tiempo del mundo. A esperar entonces, a armarse de paciencia para ver qué hacemos con todo esto.

Un fracaso, no siempre es perder .

No hay comentarios:

Publicar un comentario