jueves, 10 de mayo de 2012

Mística .

Mirar al cielo, ser buen esclavo, quejarse siempre por haber trabajo. A veces pienso que mi vida no tiene nada interesante hasta que de pronto empiezan a suceder más y más cosas. Ayer fue un día medio así, hoy, bah, quién sabe. Ayer fuimos a sacarle fotos al jefe, y como yo no podía ser menos, también me saqué unas cuantas  fotos que decimos son de "campaña", por si un día me postulo para algo, ¿vio?. El jefe se ríe, él me ve y se ríe. Todavía no decido si eso es bueno o malo, pero esa oficina es fenomenal. Yo también quiero que mi auto con mi chofer entre al edificio, me deje al pie de una escaler con una hermosa y limpia alfombra roja que sube directo a mi despacho. ¡Por dios! Es tan genial. Después me invitaron al supuesto after, pero no acepté el precinto pertinente porque tenía que ir a la facultad, y aunque el cerebro me dijera que quería irse de joda pues no, las obligaciones están primero. Pero, una vez en la parada del 45, me entero que los bondis no estaban llegando a la facu, ni el 33, ni el 37, ni el 45, ni el 160. Por lo que, sin pose y sin permiso partí rumbo a mi hogar, en el subte, mientras pensaba que todo es un gran caos. Horas después la gente del equipo me escribió para que fuera, por lo que blanquée que no había cursado y confirmé mi asistencia. Tarde como siempre, y sin precinto para entrar al lugar, llegué, saludé a los de seguridad y entré como si fuera mi casa. "Adelante, tranquila" ironizaron los muchachos, a lo que mi respuesta no pudo ser menos que un soberbio "Por supuesto". No había tanta gente como la última vez que había ido, y habían sumado buenos plotters con fotos de los dos dueños en la Legislatura, como para que no olvidemos la rutina. Lindos, originales. De repente hice sociales con una chica de mi misma edad y una situación económico-social completamente distinta, que me hizo abrir la cabeza y reflexionar, aunque es clave que nunca aprendo a cerrar mi enorme boca. Hola, los quiero. De la nada apareció el jefe, desfilando y riendo como siempre, quien los regaló mucho champagne y nos hizo desfilar mientras decía muchas cosas con un micrófono. No sé qué decía, tampoco sé por qué yo llevaba el alcohol en las manos. Así que nada, resumidamente eso, hoy me sentí rota, probablemente porque hacía mucho que no salía, y estos sucesos le dan emoción a la vida, aunque no son para todos los días, claramente.

Hangover .

No hay comentarios:

Publicar un comentario