miércoles, 30 de noviembre de 2011

December .

Me vive y me mata, así. Mirá vos, ya estamos en Diciembre, y a quién le importa? digo yo. Todos en las malditas redes sociales hablando de que llegó diciembre... Igual, sí, es cierto que es el último mes del año y todo eso. Me di cuenta que financieramente va a ser peor que el año anterior, creo que voy a contar con más o menos el mismo capital, pero venía acostumbrada a otra cosa estos meses anteriores. Malditas legalidades, monotributo, AFIP, maldito sistema y todas esas cosas. Lo que más, pero más maldigo es la obra social, honestamente y con una mano en el corazón le digo, mi estimado lector, que es el gasto con menos sentido en mi vida. Porque no la uso, porque me enfermo muy poco, no me hago controles y en caso de sentirme mal hao maravillas en las góndolas de medicamentos de venta libre. Y en un caso extremo de una emergencia o algo así, uno llama a los muchachos del 107 y ahí vienen ellos, hasta te llevan en la ambulancia y todo, un lujo. Así que creo, de mi mayor consideración, que sería totalmente viable pedir el reintegro de ese dinero en tabaco, que es algo que consumo a diario y sin molestar a nadie. Con lo que pagaré de obra social tendría puchos para todo el mes, qué increíble, deberé considerar la idea de ir al médico solo para amortizar el dinero, jaja. Hoy fue un bello día, el calor nos dio un respiro, un gran respiro, aunque debo decir que en el trabajo tenía mucho sueño. Luego fui al hermoso edificio, donde el intento de carpa docente no pudo generarme otra cosa que vergüenza ajena, y adentro estuve con mis queridos colegas, a quienes hoy se sumó un nuevo integrante. Luego de la reunión del equipo de arte -que comenzó un poco más tarde de lo previsto- fui a la casa de mi querida amiga Mailu, con quien luego caminamos considerablemente mientras mirábamos ropa muy copada y nos prometíamos volver la semana próxima o la otra con algo de dinero. La merienda que se convirtió en cena y luego la caminata de regreso, qué turbias se vuelven las calles cuando se va haciendo de noche. Veintiséis y a casa, una profunda limpieza, un buen baño y buena música, más tabaco y tranquilidad... Me gusta estar sola. Es probable que mañana se arme desorden otra vez, espero que sea cuando yo ya esté en casa, o de lo contrario permaneceré en el segundo o tercer piso de la Legis, dando opiniones que no todos comparten. Un temita a considerar, sí, el perfume... no importa.

Y no hay melodías para una canción .

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