No sé si tengo ganas de escribir, pero este martes que no se pareció a lo que solían ser los martes lo merece. Una buena vibra que no solía acompañarme durante el año, por las dudas toquemos madera, teta izquierda e imploremos mirando al cielo que nada de esto se termine, que nada de esto se vuelva peor. El coloquio en la facu fue improvisación pura, pero a decir verdad llevo veintidós años de eso. Hablar en un escenario, con la pantalla gigante atrás fue algo fuerte, pero linda y necesaria experiencia. Previa hora del té en starbucks, lugar que no frecuentaba desde hacía meses ya, pero qué lindo, y qué rico. Yaaay. El calor, pero EL calor del tercer piso es increíble, yo no sé cómo hacen estos muchachos para trabajar ahí, de todos modos no puedo dejar de ir un ratito a visitarlos y hablar de la vida y programas que ojalá algún día concretemos, como esos viajes sin sentido. Gente como uno, que te abraza hasta que es necesario recordarle que hace unos cincuenta y dos grados de calor y no es la onda, jaja. De vacaciones entonces? Así parece, resta la firma de libretas el lunes, con la fiesta de diseño el mismo día dando pie a la fiesta del miércoles, laboral. El otro que me quería matar por subir esas fotos, pero es que las veo y me río sola, lo siento chicos, dado que nadie puede escracharme a mí, me doy el lujo de hacerlos bosta un ratito. En fin, nada, un buen día, aunque olvidé los dos celulares en la ofi y no sé cómo voy a hacer para despertarme mañana... Eso me pasó por reírme de otra persona por haber olvidado su telefonito en la casa de un amigo, pareja o lo que fuere. No, pareja no. De nuevo entonces, miramos el cielo tormentoso y deseamos fuertemente que nada empeore justo ahora, que nada arruine el momento, y a dormir.
Que llegue tu voz .
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