domingo, 5 de agosto de 2012

Eternos .

Los domingos siempre son tristes, no hay vuelta que darle. No sé si es peronista o no, hoy hablaban sobre eso en el almuerzo mientras yo estaba colgada en el más allá, como de costumbre. Por fin mi madre confesó haber escondido el libro de espiritismo, dice que me quemaba la cabeza. Qué ocurrencia, echarle la culpa a un libro. En fin, lo más triste o tal vez lo más difícil, es entender que hay cosas que se van para no volver, o al menos para no volver por ahora, porque la famosa frase dice que la vida es como un boomerang, y yo lo he comprobado, pero acá no hay paciencia. Ayer lloré fuerte antes de ir a la casa donde vivimos tantos momentos, también fue después de compartir una vuelta en auto que todavía no decido si fue positiva o no. en definitiva siempre terminamos pensando que sí, no hay espacio para arrepentirse, y sería peor no hacer las cosas. A veces pienso que estoy sola porque me veo gorda, y otras tantas me recuerdan que no todos me ven de la misma manera que yo me veo frente al espejo. Qué subjetivo es todo, y qué renegado mi cuerpo incapaz de hacer actividad física. Luego de maquillar la tristeza fuimos a un encuentro que ojalá pudiéramos repetir más seguido. Tantos recuerdos en ese lugar, con esa gente... Y ella no está, pero en realidad está más presente que nunca. Y por un lado lloro con desesperación por volver a verla, le grito que me ayude, que sola no puedo con todo este quilombo, y ella ahí está, presente en cada sueño, y tal vez en cada decisión que tomo. Por primera vez lloré delante de mi hermanita diciéndole lo triste que es querer a alguien y que no sea recíproco, nunca creí llegar a esa instancia. Pero no es bueno acumular angustia y acá tenemos de sobra, así que tal vez no esté tan mal descargarse de vez en cuando. Como decía la señora en su momento, es mucho esfuerzo para mi cuerpo y para mi cabeza vivir fingiendo que todo está bien, que las cosas no me preocupan. En esa comida recordamos tantas cosas, y saben y recuerdan tantas cosas de mí que en un punto me sorprende. Las etapas, los chicos, incluso saben que algunas cosas no estuvieron bien, sobretodo si hablamos de relaciones enfermizas. Si hoy empezara el psicólogo intentaría trabajar en la falta total y absoluta que tengo de conocer gente nueva. No me interesa, y parezco rendida, para mí a esta altura son todos unos forros y me cierro en una sola persona que total, no estará acá. O tal vez sí, cuando tenga setenta y dos años y entonces solo piense en mi jubilación, tristeza. Y mi madre me lee una nota sobre las enfermedades autoinmunes, que dice que el cuerpo se ataca a sí mismo porque la persona se sobre exige demasiado, nunca está conforme con sí misma, se preocupa demasiado por los problemas de los demás y por el futuro. Hola, ea soy yo. Pero cómo no me voy a preocupar por el futuro? Y bueno, no sé vivir el día a  día, todavía intento consolarme un poco, pero por dios que no me agarren los veinticinco años sin saber a dónde ir a parar porque ahí sí que creo que salto por el balcón. "No hay dueño para este circo" dijo mi gran amigo, y acabo de entender esta frase, estoy emocionada, lo juro. Ahora sí, qué loco será cuando ya no haya circo para ese dueño, piénsenlo por favor, serán felices. Feliz, feliz con nada, como yo, que me decís hola en facebook y ya me imagino una historia. Para eso está la vida amigos, para imaginar. Ahora me voy a hacer las bolsitas nuevas de fuckgod, que son verdaderamente prometedoras. En realidad, no, pero finjamos que sí. Los quiero a todos y cada uno de ustedes, simplemente porque están ahí, donde tienen que estar.


De acá no te vas, sacate todo .

No hay comentarios:

Publicar un comentario