sábado, 29 de septiembre de 2012

Maldición .

Hola a todos, ayer no escribí. Y a quién mierda le importa, no? O cuál es la novedad en eso, ninguna. En fin, con la frente en alto les cuento que empecé terapia y verdaderamente es una mierda, yo no creo que yendo a hablar con un señor se solucionen todos mis problemas, dudo que tenga la capacidad para cambiar mi manera de ver las cosas pero ojalá así sea. Vamos a ver cuánto nos dura. Fue muy doloroso, sobretodo cuando por primera vez tuve que reconocer el tema de tener tantas pérdidas juntas sin una sonrisa que falsear. Cuando me dijo que lo peor de perder a un amigo no es la persona en sí, sino perder esa relación de compiches que uno tiene, ese captor de nuestros secretos y peores defectos. Y es así, claro que es así. Hablé también del odio hacia mi madre, de mi mala relación con la gente y de mis bloques de amor y de odio para con el mundo. No le discutí ni una sola cosa, no sé si porque tuvo razón o porque era el primer día, llegué tarde y no me dijo nada como suelen hacer. El lugar no era muy bello, la zona es un diez, como ya me encargué de decirle, a mí me encantaría vivir por esa zona. Pero como todos sabemos, yo no tengo suerte así que seguimos acá, como el otro día que era el cumpleaños del barrio y dije "Ay, es el cumpleaños de mi barrio! Barrio de mierda y la concha de tu madre All Boys, ojalá que me mude pronto" y una catarata de puteadas que desató la risa los dos coworkers que me acompañaban. Después me putée un largo rato con mi padre, que me apena porque no es él quien tiene la culpa pero sí es quien pone la cara, así que lo siento. Después me iba a ir a casa, o a caminar, pero me quedé sola con nuestro abogado 2.0, traficante number one que todos lo amamos, y mientras fumaba le conté muchas, muchas cosas y él me aconsejó y al final me quedé hasta que él terminó su horario laboral. Todavía no decido si soy buena compañera o una convenida que se quedó porque había contención y buena onda en el ambiente. Después me vine a casa, lloré, fumé y escuché música hasta que me mandó un wapp esta misma persona, para juntarnos a tomar y fumar, todo muy sano. Y mi coworker no podía, los demás estaban en la Comuna 4 así que bueno, terminé yendo yo sola porque somos los del barrio. Y entre mucha fafafa de la buena y fernet, nos perdimos en largas charlas que devinieron en consejos para mi futuro en ese trabajo, y esas conversaciones que surgen de la nada mima pero te hacen ver la realidad de otra manera y levantar la autoestima, al menos por esas horas, hoy ya quería morir de nuevo. Así que eso, tendría que empezar a valorar a la gente que me hace sentir bien, que me dice que tengo todas las condiciones y no me tira ni un poco abajo, convengamos que ya tuve mucho tiempo de gente alrededor diciéndome que era un sorete y que no sabía hacer nada. Así que púdranse, nah, ni siquiera, no tengo ganas de desearles el mal, solo intentaría levantar la cabeza para entonces ver el sol y proyectar todo mi futuro. Que hoy esté con estos lentes y este pelo, no quita lo que soy y lo que puedo llegar a ser. Ponele. Y siempre recordaré la frase de mi amado jefe, allá mientras mirábamos el río: lo importante, es no derrapar. Vuelvan pronto.


Viajar a Marte, hacer 300 años de terapia .

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