Amarillo 30%
lunes, 4 de octubre de 2010
Binoculares.
Si alguna persona pudiera o pudiese acercarme un GPS para saber dónde me encuentro, lo agradezco infinitamente. Luego les paso una casilla que no sé bien cómo se llama, pero es algo de CC y un número. Qué ignorancia, haber creído que era una falsa dirección. En fin, cosas que pasan. De todos modos sería bastante monótono y aburrido, tal como mencioné ayer en una excelente tarde, "se necesita adrenalina, suspenso, etc". Claro está que, en una pequeña ciudad también conocida como pueblo de mala muerte, el tema del suspenso queda bastante reducido. Sí puedo jactarme, sin embargo, de que al parecer por primera vez en mi existencia estoy haciendo las cosas desde otro lugar. A la gente le gusta hablar, como siempre digo, y entonces uno tiene que buscarle la vuelta para que esos comentarios que luego están en boca de todos resulten graciosos e incluso sin sentido. Dicen haber visto cosas que jamás sucedieron, he aquí la gran mediocridad y esa inevitable necesidad que tienen de intentar vivir la vida de los demás. Hago lo que quiero hacer, o lo que considero que es lo mejor, sin importarme figurar o llamar la atención de los demás. Desde que tengo memoria la gente se fija en lo que hago y dejo de hacer, y a decir verdad eso influenció varios años, hasta que ahora, habiéndome ya alejado de esa ciudad entiendo que es todo muy propio de aquellos lugares, aunque esto tampoco justifica la cuestión. Creo que el hecho de pasar menos tiempo allá me hizo comprender un poco más todo este tema, tiene mucho que ver con la (in)madurez de cada uno. Y no me estoy refiriendo a edades, sino a las experiencias que posean las personas. Estaba en lo cierto mi hermano cuando dijo ¿Qué querés? Es gente que nunca salió de ahí... Pero la realidad es que a nadie le importa lo que siente el otro, justamente por eso es que salen a hablar. Y no voy a jactarme de no haberlo hecho, porque somos humanos y una de nuestras más grandes características es el hecho de juzgar todo, pero me parece que se pueden establecer límites, fronteras. Y a esto quería referirme, sobretodo al tema de hacer las cosas por uno mismo, y no para llamar la atención de los demás. Cuando algo es real, en serio, lo que menos buscás es llamar la atención. Y es justamente ahora que puedo asegurarlo, separar un poco las cuestiones privadas de las demás, y si aún de este modo siguen hablando -que de hecho lo hacen- simplemente compruebo lo importante que soy para todos ellos. Adelante comandante entonces, rockeala merock.
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