Me encanta saber que nada de lo que vivimos es real, aunque a veces es eso mismo lo que me agota y necesito decir basta ya. Ayer casualmente, en una pequeña charla surgió el tema de que la vida simplemente se vive, en relación a que no se piensa, proyecta, razona o comenta. A lo que yo también acoté que, por el contrario, ningún relato se vive. De ahí entonces surgen varias discusiones de varias corrientes filosóficas o al menos formas de pensar, y creo que sin ir más lejos es ahí donde está mi fundamento. Si no todos tenemos las mismas vivencias, ni somos de la misma corriente filosófica, nuestra carga teórica no es la misma, etc., ¿cómo vamos a vivir un relato? Se vive la vida, se vive el momento, se vive ese acontecimiento. Porque ya cuando se transforme en relato, no será más que eso... un mero relato. Y este se verá cargado de subjetividades por parte de quien lo cuenta y cambios que surgirán a lo largo de la historia en relación al contexto en el que sea narrada. Podrás imaginártelo, intentar ponerte en la piel del personaje, pero nunca vas a vivir ese relato, esa historia. Como siempre, no quiero extenderme demasiado en cosas que a nadie sumen, pero creo que al momento fui bastante clara y concreta en cuanto a mis hipótesis para afirmar este tema de vivir, o no vivir.
Gracias, vuelvan pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario