lunes, 11 de octubre de 2010

Esquimal.

Todos formamos parte de una sociedad completamente materialista y cada vez más consumista, de hecho me hago cargo de haber (mal) gastado dinero en cosas sin sentido, preocuparse por las modas y querer tener siempre lo último, lo que se considere tendencia. Y sin embargo, ¿qué? Sin embargo, nada, no somos nada, no tenemos nada, y nos vamos a morir de la misma manera. Nos merecemos esto, y nos merecemos mucho más aún, cosas muy malas por habernos comportado de semejante manera, ya saldaremos cuentas, es por eso que pienso que quizás no sea buena idea traer un hijo a este mundo. Nuevamente la misma pregunta de entradas anteriores: ¿en qué nos convertimos? o al menos deberíamos intentar ver qué somos y qué sería lo que queremos ser, me cuesta pensar que esto sea lo mejor. En eso nos convertimos entonces, en modelos fabricados que vamos todos pretendiendo seguir una misma línea, una misma tendencia, que en definitiva terminan por ser todos iguales y por si esto fuera poco, de malísima calidad. Estamos así porque nunca nos detenemos a contemplar el cielo, a agradecer que aún salga el sol, nunca intentamos mirar más allá, y somos muy pocas las personas que aunque sea cada tanto contemplamos la inmensidad del cielo conteniendo las estrellas, y preguntándonos cuándo vendrán por nosotros. Cada día más fríos, cada día con una mirada más superficial, menos sentimentales, menos comunicados, más alejados... En fin, cada día más esquimales.

Adelante .

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