jueves, 28 de abril de 2011

Viento .

Me pregunto cuántas veces más me voy a ver sonriendo frente a una pantalla, cuántas veces más me iré a ver llorando frente a la misma pantalla, como ahora. Y es la misma sensación que tuve hace unos meses, esto de sentir que por más que de todo de mí para que las cosas salgan bien, no funciona. Es tan grande este desorden, es tanto el caos que verdaderamente me está costando mucho sobrevivir. Es esa tristeza agobiante, esa angustia latente que se hace todavía más notoria cuando intento suspirar, porque es un suspiro entre cortado. Y eso lo aprendí de chiquita, cuando llorás de esa manera, es mucha la angustia. Porque cuando es un capricho no pasa nada, las lágrimas caen y todo queda como está, a veces son muchas lágrimas y eso es mejor. Ahora las lágrimas son pocas, muy pocas porque cada día las contengo más, pero la angustia es mucha, es mucha también la decepción que siento, y me asfixia. No me ahogo porque fumo, me ahogo porque vivo ahogada, porque necesito de una vez hacer pie y empezar a subir. Ya no puedo respirar acá abajo, ya no quiero aprender a respirar del agua junto a los demás. Soy muy torpe, muy, demasiado, y nunca voy  dejar de creer. Porque aunque me lo proponga, y diga que no, sigo creyendo, aún teniendo toda esta decepción adentro.
Hasta hace unos minutos tenía otra energía, obviamente, estaba eufórica, porque el concepto alegría se fue de acá hace rato. Salí de trabajar, era un día excelente, el sol liviano sobre las hojas amarillas del otoño, ese aire que parece renovarte y no te enfría, caminaba rápidamente hasta que tuve que detenerme, esos momentos en los que parece ser que no puedo caminar y pensar a la vez. Vino entonces a mí la frase "es hora de conocerse a sí mismo, es hora de transformarse" y me plantée cuánto me queda todavía por cambiar, cuántos errores cometo y cuánto tiempo tengo para esto. Pero no es cuestión de tiempo, porque no hay tiempo, nunca hay tiempo.
Y ahora volver a ponerme el disfraz, bastante maquillaje para intentar remendar algo incorregible, para ir a fingir que todo está bien frente a muchas personas. Ni me interesa el fin de semana, porque siempre lo proyecto en relación a alguien más. Basta de eso, al menos por hoy, necesito lograrlo.

Ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario