No hay tiempo, aunque pretendamos vivir congelándolo, midiéndolo y dejando que nos manipule. Muchas veces me pregunto si la gente se acordará de mí, de hecho también me sorprende que me recuerden, aunque luego cabe preguntarme ¿por qué no me recordarían si yo los recuerdo?
Debe ser que muchas veces me sentí invisible, o quizás sea que me involucro hasta cierto punto con las personas. Últimamente esta idea se me aparece bastante seguido. Y sí, debe ser que así soy yo, pero... ¿así como? Lo que considero es que muchas personas con las cuales he tenido una relación, ya sea amorosa, amistosa, laboral, educativa o de simples momentos de la vida, no tendrían por qué recordarme, así como yo tampoco tendría por qué recordarlos a ellos. Sin embargo, al parecer, así es nuestro intelecto. A veces me pasa que veo a una persona, sobretodo durante el ciclo lectivo, y al ver su cara no recuerdo si la conocía por cursar una materia, del colectivo, o de tan solo haberla visto varias veces en el ámbito universitario. Más allá de estas confusiones, dentro de mi grupo más cercano dentro de la facultad, siempre soy la primera en reconocer a algún ex compañero en una materia nueva aunque nunca hallamos cruzado palabra. El año pasado, por ejemplo, me sucedió que la ayudante de comunicación había sido compañera mía de medios expresivos 1. Bien, creo que ese dato no es relevante pero en cierto punto hace a la cuestión.
Está todo bastante desordenado dentro de mi cabeza -cuándo no- pero creo ir entendiendo de a poco que el factor desencadenante es el hecho de que yo no me considero importante. Por eso entonces es recurrente mi pensamiento sobre la gente que conozco y que quizás no me recuerda, aunque, por otro lado, también me planteo a veces que uno involuntariamente deja marcas en las personas. Yo tengo amigos y los quiero y aprecio muchísimo, pero no siento tampoco esa necesidad de estar en permanente contacto con todos, hablando, reuniéndome y demás actividades que realiza el común de la gente. Hace un par de días se me dio por llamar por teléfono a una amiga, es que hace ya algo de dos meses que no la veo, y a decir verdad la llamé como para disimular un poco la cuestión antes tratada de mi habitual desaparición. Me llama la atención que la gente quiera involucrarse conmigo, que me recuerde, que se preocupe por mis cosas y se alegre de verme. Sí, yo tengo sentimientos como cualquier ser humano y puedo decir que los quiero, les tengo afecto, etc, pero no sé si es lo mismo que ellos sienten. Esto hace también que a veces me pregunte si soy mala persona, algo autista o simplemente colgada, probablemente la cuestión pase por el último ítem y nada más.
Cuando alguien me cuenta algo, me encanta escuchar, acceder, e incluso tratar de ayudar, siempre doy mi punto de vista que tiene su lado esotérico, intento analizar las cosas con calma y opinar intentando dar un resultado constructivo. Pero sin embargo yo no puedo abrirme con todos, y si yo cuento algo se queda hasta ahí hasta donde yo lo cuento, no me gusta que me hagan preguntas para llegar más al fondo de la cuestión básicamente porque no me gusta pedir ayuda y porque no me gusta andar compartiendo todos mis pesares con los demás.
Puedo jactarme, sin embargo, de no llevarme nada a la tumba, digamos, todas las personas que se relacionan conmigo saben algo de mí, en mayor o menor medida, pero no hay ninguna que sepa absolutamente todo, ni tampoco existe algo que lo sepa solamente yo. Eso me hace sentir que no soy tan cerrada, pero a la vez me hace ver que la confianza que tengo en las personas que me rodean es bastante cuestionable. La gente que me quiere se preocupa cuando me ve mal, y yo puedo hablar de lo que me pasa pero siempre hasta un cierto punto, en realidad, detesto hablar, más aún si es personalmente, me parece que los problemas de cada uno son para que cada uno los resuelva como pueda y no para andar aquejando a los demás seres que ya tienen sus propios problemas como para encima tener que andar cargando con los de los demás. Ojo, el lado contradictorio de esto es que pienso así respecto a mis problemas, pero si usted mi querido lector quiere contarme algo que lo ande fastidiando aquí estaré yo, con mis oídos y mi mente abierta para tratar de resolver esa cuestión, o al menos para brindarle el alivio de haberlo compartido con alguien.
Las cosas malas que me pasan siempre que las comparto las comparto por la mitad, nunca puedo explicar todo proque me pondría mal y eso es otra cosa que detesto, expresar malos sentimientos en publico, sobretodo si se trata de tristeza o malos pasares. Cuando estas situaciones vienen a mí se me puede ver caída, como si estuviera en otro planeta y diciendo cosas que parecen no tener sentido, pero nunca voy a decir "sí, estoy mal porque me pasa esto, esto y esto".
En fin, ¿qué hacemos ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario