viernes, 20 de mayo de 2011

Ugly .

Asco. Asco, rechazo, frustración y más asco es lo que siento muchas veces cuando me miro en el espejo. Ojo, a veces también tengo esos días que me río y observo la sonrisa, aunque siempre resalto los defectos. Pero el tema del cuerpo... el tema del cuerpo es una gran mochila en una sociedad como esta, con los parámetros que tiene. Y hoy me dispuse a perder mi tarde de viernes a cambio de comprarme ropa, especialmente un jean era lo que quería, o tal vez lo que necesitaba. Y ahí vamos de nuevo... qué asco. No quiero verme más frente a un espejo, no quiero tener que ir más a comprarme ropa, no quiero vivir más eso que sueño cuando tengo pesadillas. Lo positivo de esos sueños fue que me mostraron que -una vez más- hay grandes problemas sin superar. Esa desesperación, empezar a correr a ningún lado, con el solo objetivo de escapar de algo que parece ser infinito. El pantalón que no me queda corto no me sube, el que me sube tenés que juntar doscientas personas para ayudar a prenderlo, y el que por esas casualidades prende termina apretando las piernas. Hacía bastante que no me sentía así, y lo peor es que siento que yo sola me meto en esas situaciones, pero claro, uno tampoco va a pasarse la vida en pijamas metido en su casa, aunque hoy lo considero la mejor opción. Creo que nunca caminé tanto ni tan rápido, verdaderamente sentía que necesitaba correr a un lugar, pero un lugar que no estaba acá. Y otra vez el nudo en la garganta, la decepción completa y el terror al espejo. Malditas modas, y maldita obsesión mía por seguirlas y querer ser como todos ellos. Estuve mintiéndome toda la semana cantándome que era hermosa a mí manera de ser hermosa, que había nacido así y demás. Pero basta, por más que escuche setenta y cinco veces ese tema, la realidad no cambia, y sigo pensando en los malditos talles. Otra vez plantearse el no comer, o lo otro que es peor, qué cobarde, ni siquiera lo llamo por su nombre. Pensar que vivir a energizantes y cigarrillos me va a salvar, o que un buen día voy a despertarme y ser como quisiera ser.
Entre tanto pesimismo voy a rescatar lo bueno de la mañana, llegando claramente tarde, con la compu bajo el brazo i la música quemándome los cesos, para encontrarme con vos y hablar tantas boludeces como los minutos permitieron, entre risas y caras que me salen sin pensar. Solo te pido que me banques hasta Junio, que estés conmigo hasta que me vaya, y que si no me llegara a ir por esas vueltas que jamás entiendo, por favor te quedes conmigo mirando el cielo, tomando un café calentito y fumando mientras escuchamos la música que vos quieras, porque sé que me va a gustar, y porque nunca me animo a elegir nada.

Una mfest que me cambie el humor por favor, gracias.

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