Contar defectos con todo el miedo del mundo en tan poco tiempo, y que encima traiga consecuencias positivas, suma mucho, pero mucho a esta trama. Ni hablar si encima me responden diciendo que ya sabían, que no pregunte el por qué, pero que no era necesario aclararlo. Mirá vos, tanto nerviosismo para nada, o tal vez sí, para demostrarme que el hecho de que los demás me vean tal cual soy no siempre puede ser negativo. Vamos que seguimos sumando eh, y vos, dos mil once, a las patadas me tenés, de lo que deduzco que pueden suceder dos cosas. O bien todo da un giro tan rotundo como inesperado y canto viva la vida, o terminamos peor que en el dos mil seis, solo para demostrarme que soy malísima inventando teorías y debería dedicarme a otra cosa. Pero claro, también puedo aplicar otras hipótesis que salen de conocimientos más recientes, como que el dos mil seis era el ocho, por ende la paciencia, y este año es el cuatro, número al cual siempre le hice cara de asco y recordé la frase cuatro de copas. Dieciocho días, que vienen empeorando y nadie sabe cómo terminarán, hasta que llegue el día clave. ¿Y después? Después se verá, para algo improvisamos tanto merock.
¿Vas a sacar mis malos hábitos rápidamente? Eso quisiera .
No hay comentarios:
Publicar un comentario