jueves, 16 de junio de 2011

Lima .

La psico fuma porro, en una de esas terminamos saliendo en una alocada noche de viernes o sábado, eso sí, siempre y cuando no haya mfest, palabra repetida este último tiempo. Mi jefe me ayudó con un trabajo de la facultad, todavía no puedo creer su predisposición para salvarme de mis cuelgues, para salvarme de mí misma. Luego de un encuentro con la nada misma fui de nuevo para aquellos barrios, hacía tanto que no iba... Me recordaron mucho a octubre del año pasado, noviembre, diciembre, en fin. Una excelente merienda, primero con una charla personalizada, hacía demasiado tiempo que no veía a esta amiga, persona con la cual me entiendo de todos modos y con la que me gustaría compartir muchas más cosas de las que en realidad compartimos por cuestiones de tiempo, horarios y obligaciones. Qué rico café con leche, ideal para el día de hoy que no era frío pero que invitaba a quedarse adentro. Después llegó él, un cuelgue como siempre pero nos reímos mucho, creo que no terminamos ningún tema, nos fuimos por las ramas en todo pero me quedo con esas tantas risas mientras ustedes tomaban mate y yo fumaba. Después a la facultad, tarde porque me había dado ese permiso, debí darme el permiso de faltar, excepto porque fui a buscar lo que más necesito, y también a cumplir con lo prometido. Es bueno que me des algo en qué creer, aunque ya me esté boicoteando con que dentro de poco se va a terminar, no, vamos meri, si estás siendo vos... debería funcionar. Mañana ya es viernes, en realidad el viernes ya empezó, y sé que va a tener cosas buenas. La mañana sería un fiasco en cuestiones intelectuales, pero un abrazo en medio de semejante lluvia hace sonreír a cualquiera. Eso sí, yo me quedaría en pijamas, todos en pijamas, viendo dibujos animados, calentitos con una frazada y tomando un café mientras fumamos, qué perfección. A la tarde viene papi según creo, tengo tanto miedo de que le pase algo... Y a la noche, espero, mfest. Sí, lo voy a seguir diciendo, y espero que siga siendo en forma positiva. Cataclismos si los hay, y salvavidas también. Es toda esa magia que aún en este quilombo me dice que me ría y no me acueste a dormir, que me deja ignorar el espejo por dos minutos solo para ir corriendo a abrazarte.

Oh my love, oh my love, o my crazy love, abrime la puerta . 

No hay comentarios:

Publicar un comentario